Mujeres: Complejas y/o Complicadas.

Las mujeres son muy complicadas… y complejas. Complejicadas. No es que trate de entenderlas (ya no mas), sino que ellas nos comprendan. El problema es que ellas creen entendernos como un todo, un absoluto: hombre=sexo. No estoy diciendo que estén totalmente equivocadas, es cierto que su reflexión está bien fundamentada, pero también deben de prestar atención a los pequeños detalles (… comienzo a sonar como a una de ellas). Tienen que comprender la dificultad que se nos presenta siempre que tratamos de complacerlas (a menor o mayor medida). ¡Es una tarea bastante difícil, y, en ocasiones, nos la hacen más ardua y peligrosa!

Miren, les voy a poner un ejemplo: hace poco, un par de semanas, tal vez un mes, no sé, el tiempo no importa… Me encontraba en casa de una gran amiga mía de OJOS AZULES (dato importante, ya verán) con la cual, hace varios años, sostuve una relación amorosa, es decir, fuimos novios. Bueno, pues nos encontrábamos en su sala surfeando la aletargada programación de Cable cuando, de pronto, descubrí una revista (no recuerdo el nombre) en la que Mina Suvari (la rubia de Belleza Americana, sí, la de la escena con los pétalos de rosa) aparecía en la portada. Entonces, esto es lo que sucedió:
-Wow, Mina… ¡y pelirroja!
-Ah, sí. Se ve muy guapa, ¿no? –contestó mi amiga.
-Pfff, por supuesto. El look de pelirroja resalta sus ojos.
Rápidamente busqué el artículo principal en el que la entrevistaban. No lo encontré, así que continué admirando la portada.
-Wow, Mina. Se ve hermosa, nunca había visto unos ojos tan…
Mi ex novia, ahora amiga, ahora depredador agazapado momentos antes de atacar y posteriormente desollar a su presa, se volteó con tal rapidez que creí escuchar su cuello protestar.
-Nunca has visto unos ojos tan qué…Eh,… tan qué… ¡Termina la frase!
[Psicosis. Janet Leigh. Regadera. Cuchillo. i i i i i]

Lo sé. Me puse de pechito. Lo peor es que siguió mencionando el <<incidente>>> durante el resto de la tarde. Sin embargo, pude registrar un fenómeno bastante interesante. Al mismo tiempo que le comentaba a mi amiga que <<nunca había visto unos ojos tan…>>, me di cuenta que mi cuerpo reaccionó mucho antes que mi cerebro e interrumpió el enunciado. Conforme mi boca escupía mi obituario tuve la sensación de… ¿pánico?, o lo que fuera, a través de mi cuerpo. Era como la sensación de irse acercando, paso a paso, a la cornisa del último piso de un edificio de trece pisos. Era una ansiedad que manaba violentamente desde las plantas de mis pies, infectando con sus toxinas todo mi cuerpo, previniéndolo. Era como el sentido arácnido del Hombre Araña que le previene de algún ataque. Era como <<la fuerza>> que le vaticina un mal cercano al joven Jedi. Era como la frecuencia que emite el foquito rojo, erizando la piel del político que se mete fajos de billetes hasta por el fundillo, advirtiéndole que saldrá en los noticiarios de la noche. Fue como si mi panel de control genético se diera cuenta –conforme iba mencionando las palabras- de que el avión se iba en picada y que yo no lo iba a poder controlar, y ante la incapacidad del piloto para salir de la situación, el panel de control genético inició la secuencia de emergencia:
<<nunca>> (mayday mayday) <<había>> (we are going down) <<visto>> (tres) <<unos>> (dos) <<ojos>> (uno) <<tan>> (¡eyección!)
Claro que el avión se estrelló, pero el piloto salió, dentro de lo que cabe, ileso.

Es muy difícil ser el hombre genético, y, además, por el otro lado, ser el hombre artístico con la mujer (no lo digo en sentido de pertenencia, sino espacial). Nos cuesta trabajo ser el hombre con diseño genético original, de fábrica, y, al mismo tiempo, ser los hombres psicológicamente esculpidos –que es más un arte que una ciencia, créanme- para estar en frente de ellas, las mujeres. Somos como Batman. Sí, por más ridículo que suene. Ojo, dije que somos <<como>> Batman. No combatimos el mal y por supuesto no tenemos un traje tan chingón como el de él, pero compartimos aquella dualidad que, si no es controlada debidamente, puede destruirnos. Por un lado somos Bruce Wayne; un civil (esculpido psicológicamente, arte) que se les presenta a las mujeres con un lenguaje y conducta apropiada: <<mucho gusto>>, <<por favor>>, <<permíteme>>, <<lo siento, tenía que tomar esa llamada>>. Pero también tenemos ese lado oscuro, natural (adn, ciencia), que reprimimos para permitir la libre coexistencia con las mujeres: rascarnos los genitales, eructar, pedorrearnos, <<arriba el América>>, <<tráeme>>, <<hazme>>, <<amárrame>>, <<invita a tu amiga>>…

Las mujeres lo saben, saben acerca de esta dualidad. Es por eso que siempre nos ponen a prueba con sus tétricos artificios que sólo nos confunden, nos hacen más difícil el equilibrio entre el genético y artístico. ¡Y lo hacen a propósito! Les divierte saberse con el control de la situación. Esto me recuerda a una escena de la película The Holiday (2006), Amanda (Cameron Diaz) y Graham (Jude Law) se topan por primera vez, ella le pregunta algo así como <<y tú, ¿de qué la giras?>>, a lo que Graham responde alguna babosada, pero después él le pregunta a Amanda: <<Y tú, ¿qué onda, estas casada?>>. [OJO, NOTESE LA SIMPLICIDAD DE LA PREGUNTA. UNA PREGUNTA CUYO UNICO OBJETIVO ES DESCUBRIR SI AMANDA ES TERRITORIO LIBRE O PRIVADO] Entonces, Amanda le dedica una fabulosa sonrisa y le responde: <<¿Por qué… parezco NO casada?>>. Bueno, en cuanto Graham escucha esto, se le suben los testículos a la garganta incapacitándolo de cualquier reacción verbal (yo le daba el Oscar a Jude Law sólo por esa reacción). ¿Por qué tienen que ser así? ¿Por qué complicar lo sencillo? ¿Por qué no pueden entender que ustedes ya tienen la enorme ventaja de ser mujeres (es decir, el hombre propone y la mujer dispone)? ¿Por qué no llevar la fiesta en paz? Por actitudes como la anterior las instituciones mentales están llenas, hombres (con peluca, difrazados de su mamá) asesinan, hombres se suicidan, hombres se quieren hacer “la jarocha”, hombres construyen pistas gigantes de hielo.

Hombres, hay que tener mucho cuidado con las preguntas que formulamos. También hay que tener cuidado con lo que nos preguntan, recuerden que mientras más rápida y consistente (de acuerdo a la situación) sea la respuesta, mejores resultados. Ejemplo:

P: ¿Me veo gorda?
R: NO. (Y funciona mejor si lo acompañan de una gesticulación exagerada. OJO, esta pregunta debe de ser respondida dentro del espacio temporal de UN segundo).

P: ¿Te gustó la playera de Winnie Pooh que te traje de LA?
R: Me encanta, de hecho, hoy me la voy a poner para ir a jugar Rockband con mis amigos.

P: Ash, no sé qué le ven a esa zorra de Megan Fox [Tranformers, 2008], ¿verdad?
R: Sí, no manches, está bien plana.

P: ¿Quieres ir al antro de moda conmigo y mis amigas lacto-vegetarian-sweet-and-low-10-consejos-de-cómo-hacer-que-se-case-contigo-starbucks- viva-Felipillo-viva-filosofemos-sobre-el-código-da-vincheras, y gastarte un dineral en los dos chupes de Absolut Azul con jugo de arándano más caros de tu vida?
R: Claro, es más, me encantaría que fuéramos a un antro más caro.

Recuerden, esto de las preguntas es como jugar Ahorcado: tienes pocas chances.

Mujeres, dennos chance, por favor; luego, por qué nos empujan a los límites de la patanería y masturbación compulsiva. Es una tarea difícil, ser hombre (siempre y cuando se quiera [a] una mujer), quiero decir. Tenemos que leer mucho: ensayo, poesía, novela, bueno, hasta unos leen este blog. Escuchamos mucha música: salsa, cumbias, pop, <<la hora de Luis Miguel>>… Aplaudan el esfuerzo y no fastidien más, de lo que ya está, nuestra pobre cabeza.

Hombres, debemos ser un Don Palabras, esa es nuestra chamba: ser <<un Don Juan dispuesto a enamorar a la güera del pan como princesa>>.

Blindness; el “mal blanco” a la pantalla grande.

Primero fue Ciudad de Dios (nominada al Oscar por Mejor Director en el 2004), después El Jardinero Fiel (nominada al Globo de Oro por Mejor Director en el 2005); ahora, Fernando Meirelles va por su tercera adaptación –consecutiva- a la pantalla grande de una novela, Blindness.

(¡Y qué novela!) Ensayo sobre la ceguera, del portugués José Saramago (Premio Nobel de Literatura en 1998) es la nueva adaptación a la pantalla grande que en su reparto cuenta con Julianne Moore, Mark Ruffalo, Danny Glover y Gaél García Bernal.
Es innecesario comentar acerca de la diferencia abismal que existe entre la literatura y el cine, o, para ser más precisos, de la literatura llevada al cine. Aunque hay que admitir que gracias a gente como Lars Von Trier (El elemento del crimen, Dogville) y Fernando Meirelles se construyen caminos, tan holgados como un freeway de L.A., o tan estrechos y fugaces como el reflejo de un hilo bajo el sol, pero que permiten la sinergia de las dos partes.
Para los que no saben el argumento de la novela, ahí les va (NO SE PREOCUPEN, NO DARE A CONOCER DETALLES IMPORTANTES SOBRE LA HISTORIA): Una ceguera blanca se expande de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdídos por la ciudad, los ciegos deben enfrentarse a lo más primitivo de la especie humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio.
La complejidad de la adaptación de la novela de Saramago al cine recae en retratar las sensaciones de terror, desolación, urgencia, desesperación, etcétera, de los ciegos. ¿Cómo retratas lo que no se puede ver; literalmente? Un gran reto para el director brasileño.
Creo que la experiencia y sensibilidad de Fernando Meirelles nos proporcionará un buen producto. Espero no equivocarme. Y al final de la película todos diremos: <<Om>>.