Patada, viejo, patada.

A Murrieta.

        Debo mejorar mi condición física. Mi condición, en general. Llevo apenas siete cuadras (tamaño Lower East Side, ni siquiera Midtown) y ya se me sale el bofe. El problema es que este encabronado Puertorriqueño sigue detrás de mi con cara de no amigos. Continúa leyendo Patada, viejo, patada.