Billy Corgan – To Love Somebody (Bee Gees cover)

Así como era necesario publicar en este blog aquella extraordinaria versión acústica de los Raconteurs, ahora hay que compartir esta «rareza» de Billy Corgan. Según la explicación del usuario de Youtube, esta versión fue grabada en una reunión con algunos fans (supongo que se refiere a algún tipo de meet & greet) en la Piazza Duomo de Milán en Junio del 2005. La rola es To Love Somebody de los Bee Gees. Y aunque la calidad del video y audio es nefasta, vale mucho la pena echarle una oreja… ¡Hasta dan ganas de sacar las chelas!

The Mars Volta en el Coca-Cola Zero Fest.

El pasado sábado 12 de Abril del 2008 se llevó a cabo en la curva 4 del Foro Sol el Coca-Cola Zero Fest; una enorme kermes (muy bien organizada) con tintes festivaleros: 2 escenarios, 16 bandas, áreas de comida, áreas de bar (entre ellas el Bar Zero, un salón de hielo), zona de expresión artística, área de medios (escenarios pequeños donde se llevaban a cabo casting y vox populi por parte de canales como MTV e In-d Tv), área de descanso, y zona de alivios (baños).
Debo de admitir que llegué predispuesto a toparme con una pésima realización por parte de los operadores del evento, pero para mi sorpresa me equivoqué; que bueno.
Llegamos mi compañera y yo alrededor de las 4pm: Chetes terminaba su set en el escenario negro y Ely Guerra se preparaba para cachondearnos en el rojo. El clima no tardó en mostrar su afanado protagonismo en el “escenario” azul, el cual, pronto se tornó gris.
Las primeras gotas nos chismeaban las negras intenciones del resto de sus precipitadas compañeras. El ambiente se entristeció paulatinamente, las sudaderas comenzaron a tener sentido, los pocos “techitos” que había resguardaron a los escépticos hacia el calentamiento global que, con sus bermudas y playeras, recibieron el gélido aliento de la lluvia.
Obesas figuras demarcadas por playeras empapadas; pezones endurecidos, erguidos como soldados; enmugrecidos pares de converse transformados en morgues multicolores que resguardaban los cadáveres del “flaco que fue al mercado y del pequeñin que regreso llorando a casa”; tintineantes sonrisas y ejércitos de encapuchados (<<a veinticinco la capa, joven>>), fueron parte de lo que deambulaba en la curva 4.
Mi compañera y yo decidimos vagabundear entre escenarios hasta que aparecieran las bandas que <<realmente nos interesan>>. Austin Tv, Bright Eyes y Belanova pasaron desapercibidos ante nuestros oídos (aunque sí escuchamos un par de canciones de Bright Eyes).
Por suerte, el sol salió un rato. De pronto, la alegría había regresado, no más sudaderas (yo traía una playera de Radiohead digna de presumir), no más Austin y Belanova… y, además, Kinky ya estaba en el escenario negro. No había tenido la oportunidad de ver a Kinky en vivo; lo disfruté mucho. Aún con la alegría de al fin haber visto a los Kinky… Sabía que el momento de la verdad, el momento por el cual me encontraba en la curva 4,… aún no llegaba.
Bandas más bandas menos. La lluvia regresó, pero esta vez acompañada de la noche. 8:52pm, la lluvia desapareció momentáneamente, las luces del escenario rojo se apagaron y con ellas la imagen de la llovizna que se acumulaba sobre nuestra fisonomía; The Mars Volta salió al escenario.
Tan sólo un par de notas de la guitarra de Omar Rodríguez fueron necesarias para sacudirnos de la entumida inactividad en que la lluvia nos mantuvo durante la espera; una enorme y blanquecina (gracias a las luces sobre los Volta) aura se levantó por encima de nosotros, como la capa de polvo que se eleva y queda suspendida en el aire después de azotar la tapicería de unos muebles que manteníamos en el olvido. La ferocidad del sonido de The Mars Volta nos dejó estupefactos por un momento casi imperceptible, como si las manecillas dejaran de caminar por un aliento de segundo, pero que una vez pasado ese momento, nunca dejamos de bailar (si es que a arrítmicas sacudidas, tan oportunas como discordantes, se les puede llamar baile), brincar, aullar, airguitarrear, correr, fumar, quemar, tomar y casi todo acto con terminación -ar y -er.
Más de una hora y media duró la ceremonia oficiada por The Mars Volta. Mucha gente abandonó el escenario de los Volta porque los Smashing Pumkins (osea, Billy Corgan y unos gueyes) comenzaron a tocar antes de lo previsto en el escenario negro. Pero eso no apagó los ánimos de los aún presentes, y mucho menos del grupo, ahora, simplemente, había más espacio para los –ar y er-.
Cedric Zavala(vocalista) se convulsionaba, gritaba, pateaba, volaba, corría, se subió al dolly del camarógrafo para luego ofrecerle una muestra de amor marsvoltiano: un escupitajo en la lente. Sin duda, Cedric fue el guía espiritual que nos transportaba a través del lenguaje sónico de la banda, además, como buen guía nos hizo una limpia, “apareció” un extintor con el cual nos roció; extinguiendo y limpiando nuestras impurezas (probablemente se enteró que antes tocó Austin y Belanova).
Thomas Pridgen, baterista… fue… No hay palabras para describir a… esta… bestia… que sin importar la galaxia distorsionada a la que Omar y su guitarra lo empujaban, él continuaba vapuleando la batería como si de su rítmica dependiera la apertura del acceso del túnel que nos transportaba a todos.
Mi recomendación es que vean a The Mars Volta en vivo. Es MUY DIFICIL tratar de expresar o puntualizar en palabras algo tan… como The Mars Volta. Si gustan de la música en general, deben de presenciar a esta extraordinaria banda. Es posible que al terminar queden fascinados o, como me pasó una vez con un amigo, terminen diciendo: <<eso es puro ruido>>. En gustos se rompen géneros. ¿Que a qué suena The Mars Volta? Bueno… Más allá de que si The Mars Volta es un grupo de rock progresivo o un mariachi intergaláctico, es una banda que en la experimentación e improvisación sobre el escenario se basa su sonido original: <<suena a un burro sofocándose con un waffle>>, comentó Omar Rodríguez en una entrevista.

Terminando The Mars Volta fuimos al escenario de los Smashing. El rumor era cierto: <<Sí, empezaron a tocar hace como cuarenta minutos. De nada>>. Puede que los Volta consumieran hasta la última gota de energía que quedaba en mi cuerpo, o, puede que sí tenga razón y los Smashing quedaron a deber. La verdad, para mí, antes y después de The Mars Volta no hubo gran cosa.
Les comparto mi video favorito de The Mars Volta. El video se grabó durante la gira de presentación de su primer álbum De-loused in the comatorium. Aquí se puede observar la energía de la banda en vivo, pero aún así, no es ni la mitad de lo que sucedió en sábado pasado en la curva 4 del Foro Sol.

Información obtenida de:
http://www.youtube.com
http://coca-colazero.com.mx/
Foto de Mars Volta en Coca-Cola Zero Fest de:
DSC02733
http://www.thebedlam.net/