El comentario de Anónimo

Ficción: f. (lat. fibula). Acción y efecto de fingir. Creación de la imaginación: dejarse engañar por una ficción fabulosa.

Sería demasiado mamón de mi parte teclear al respecto. Pero bajo el fastidio de la gripa… mi mente sólo piensa en canalizar el hastío de una forma: chingar. Pero no lo haré (, tal vez).
Estimados lectores, hubo una transgresión de niveles embrutecidamente inimaginables en la sección de comentarios de una de las «Burbujas». Por respeto a la persona que firmó como Anónimo en «Mi cita con Amy Winehouse», procuraré informar al respecto de la manera más objetiva posible…
Anónimo no podía creer su suerte. Y cómo creerlo si durante toda su vida el azar era sinónimo de tragedia. La envoltura le cegaba su ingenua mirada con resplandecientes letras plateadas: «¡Felicidades! Usted a ganado un lugar dentro de La Burbuja de Aislamiento Sensorial. ¡Tendrá la oportunidad de escribir un comentario para que todo el mundo lo lea!».
«Usted». Nunca nadie le había otorgado una distinción tan aristócrata como esa. Anónimo corrió hasta donde su padre para contarle. Por supuesto que su padre no le contestó, ¿cómo podría? Don Anónimo era un pobre viejo encorvado que nació con la cabeza metida en el culo. Tal vez de ahí la inteligencia del pequeño Anónimo.
… 3, 2,… Así es, estamos de regreso. Y con ustedes, su conductor favorito… el señor Don Marco Benjamín Un Aaauto. [APLAUSOS]
-Este es el momento de la verdad, Anónimo.
El pobre de Anónimo no terminaba de asimilar la textura de las teclas cuando ya estaba empujándolas con descerebrado entusiasmo.
-No no, espera, jaja, a qué Anónimo este… Primero tienes que escoger una categoría.
Don Marco Benjamín Un Aaauto le explicó a Anónimo que su selección debe de hacerla con el mouse [¿il qui patrón?. Sí, el ratón, el aparato que está…]:
*Cine.
*Ficciones. CLIC
*Lifestyle.
*Música.
*Media.

*Alguien escribe sober mí Parte I.
*Mi cita con Amy Winehouse. CLIC
Anónimo no podía contener la emoción. Después de leer la burbuja, e inspirado por una mezcla de descripciones Proustianas/Carpentierinas…, dejó el siguiente comentario para la posteridad: inventooooooooooooooooooonnnnnnnnnnnnn.

Me quito el sombrero ante la pleonástica capacidad deductiva de Anónimo: «Mi cita con Amy Winehouse» es un invento…
Mi chingón.

EL SOUNDTRACK DE LA VIDA II: 5 videos, 5 acústicos.

A veces tenemos la enorme suerte de toparnos con versiones «alternas» de nuestras canciones favoritas. No hay nada como disfrutar de una buena canción con nuevos arreglos, un invitado especial, o simplemente con la sencillez acústica. Les comparto 5 canciones:

Placebo – Special K

Gustavo Cerati – Te para Tres

The Killers – When You Where Young

Radiohead – Karma Police

Amy Winehouse – Rehab

Mi cita con Amy Winehouse

        La estaba esperando en la infinita barra del bar con un alcohol en la mano: víbora con agua quinada -he aprendido que hasta en el ensueño hay que serle fiel a nuestro trago-. Llevaba poco tiempo en aquella barra de madera que se prolongaba hasta donde el ojo humano pudiera distinguir; al final, se deformaba en una espiral. La diminuta figura de Amy se disfrazaba dentro de jeans entubados color negro, una escotada camiseta tipo polo blanca; zapatillas, cinturón, brazalete y bolso dorados.
Amy, para mi sorpresa, hablaba con perfección el español.
-Siento llegar tarde.
-No te preocupes -bebí de un trago el resto de mi wyborowa y gentilmente la tome por el brazo-, vamos para arriba.
Forest Whitaker quitó la reluciente cadena color escarlata para darnos paso a la escalera de caracol que nos encaminaría al área VIP. Le cedí el paso a Amy; el roce de nuestros brazos delató la excitación en los pezones de su mujer pintada. Me disponía a enfrentar los primeros peldaños metálicos cuando, de pronto, Forest me susurra algo al oído… Le digo que es todo lo que traigo, debo de pagar la cuenta de lo que Amy y yo consumamos durante la noche -Amy y yo, yo y Amy, Benjamín y Amy; suena bien-; Forest lo entiende y con un gentil guiño de su ojo bueno, me agradece la limitada ayuda. Subí los primeros escalones con el evidente pavoneo que a uno le nace a razón del tintineo de aquella cadena que se cierra a nuestras espaldas y que rechaza a la otra gente.
Andy le platicaba a Nacho su idea de pintar color pastel el ángel de la independencia, le decía que esa sería <<su obra maestra>>. Paul le contaba a Marisol que John había cambiado radicalmente desde que conoció a <<aquella chica>> en una galería. Bill y David discutían acerca de desayunar desnudos… o algo así. Lalo y Steven discutían acerca de <<si buscar una locación ideal o construir el set desde cero>>, al parecer querían hacer una película de monstruos o dinosaurios.
Con el recuerdo fresco del vaivén del no trasero de Amy mientras subía la escalera detrás de ella, hice las presentaciones necesarias: Amy, banda; banda, Amy.
Aún me secaba las manos con los jeans cuando vi a Amy recargada en el barandal que daba a la pista de baile del bar, ensimismada en su tren de pensamiento.
-¿Todo bien, Amy?
Como un eco moribundo, mis palabras se debilitaban antes de llegar a sus oídos: ni se movió. Decidí tomar la iniciativa y le agarré la mano. La mujer desnuda con sus pezones excitados estaba del otro lado, ahora era Cynthia la que me ofrecía su figura amenazadora sobre el brazo derecho de Amy…
-Salgamos de aquí -dijo ella.
Asentí con la cabeza, Amy rodeó mi cintura con su brazo y pegó su cuerpo al mío. Salimos del lugar.
Antes de subirnos al taxi me dijo que quería ir a la <<Tore Latrinoamerica>>. Supongo que al final no se le daba tan fácil el español, pero sobrentendí que quería ir a la latino. Al parecer, alguien le había dicho que la vista desde la <
<punta>> era bellísima. Rápidamente tracé la ruta en mi mente: <<si estamos en Coyoacán… y necesito ir al centro…>>…
-En la siguiente a la izquierda; pasando el Estadio Azteca por la lateral… sí, la que nos lleva al metro… luego… Así es, hasta topar con el Eje y de allí todo derecho -le dije al taxista que, para mi grata sorpresa, estaba muy familiarizado con el diseño urbanista onírico de mi ciudad.
En lo más alto de la latino, la madrugada golpeaba nuestras mejillas. Abracé a Amy por detrás, como un borracho abraza a su ex mujer; con pasión. Mis brazos protegían a Amy del viento que soplaba con recelo y furia. Los dos, fundidos en el calor de nuestros pensamientos, observábamos la ciudad que dormía a nuestros pies. Una ciudad gris y triste a la que, como a un soldado herido, le cuesta trabajo respirar mientras duerme; pero que a su despertar irradiará esperanza de nuevo.
La abrazaba con devoción cuando de pronto, se dio la media vuelta y me besó. Su lengua descifró a la perfección el nerviosismo de la mía: «sin querer» mi lengua descubrió un… hueco entre el canino y el premolar superior izquierdo de Amy. Fue un beso lento y prolongado, un beso que se antojaba real pero que carecía de sentido, digo, al fin y al cabo nunca antes había besado a Amy Winehouse. Por mi parte -después de meditarlo-, era como besar una fotografía o una línea de mi novela favorita; como el feedback entre la guitarra y el amplificador: estimulante no obstante distorsionado.
Aún cuando pensé que un beso <<sería el broche de oro>>, no dejábamos de ser dos desconocidos; dos extraños agarrados de la mano, compartiendo un pequeño terreno de intimidad -una divergencia que causaba placer-. El cuerpo de Amy y el mío se abstrajeron el uno del otro. Absoluto desentendimiento; estaban pero no estaban, ¿saben?.

Comprendí que mi cita con Amy Winehouse había llegado a su fin -si es que en algún punto comenzó-. Dos extraños pasando el tiempo; juntos, como dos ordinarios amantes. Dos embusteros en busca de contestaciones honestas. Eso es lo que éramos… o fuimos… o somos. Sus góticos ojos se despidieron de mí. <<Adiós nipples; adiós Cynthia; adiós… Amy>>, pensé.
Para cuando llegué a la planta baja, el día ya había comenzado. La fingida tristeza que me había invadido momentos antes en el elevador, había desaparecido. <<Uno nunca sabe a quién o qué se puede encontrar uno en esta ciudad>>, pensé. Mientras caminaba bajo los primeros rayos del sol, mi mente tocaba el piano introductorio de Back to Black de Amy: <<pam pam param pam… para pam pam param pam…>>. La esperanza de algo nuevo se extendía a lo largo de la enorme y transitada calle que se prolongaba hasta donde el ojo humano pudiera distinguir…; tan infinita como aquella barra del bar en donde, tan solo hace unas horas, había estado esperando a Amy.

AMY WINEHOUSE – BACK TO BLACK.